/ Año XXII.-'NÜHT, 6.287.--BiFgos. Maffl&f PdedfiCciCiíi y Admir de 1912. úz Vitoria, 16, bajo. Teléfono rám. 165. íitlIMIII"""'" para mesa^slónwjo, diabetes yartritismo Venta en toe rs partes. Pérez Olea, médico Enforniedades - N las vías urinarias y gojitales. CONiHJLTA DIARIA DE 1 X 3 Y DE 6X8. AvelJancr, 1 duplicado,.!.0 José Sarsta izaría MÉDICO Auxiliar de la Beneficencia Municipal CONSULTA DE DOCE X UNA Y MEDIA. Lain-Calvo. 35. 1.° Dr. J. Merino Médico director de la «Gota do leche» Especialista en enfermedades de los niños CONSULTA DE ONCE X UNA. Plaza de Frim, 16, 2.° Para los pobres consulta gratis en el dispensario de la «Gota de loche» (calle de San Juan) los lunes, miércoles y viernes, de diez á doce. OCULISTA Consulta de 11 á 2.- -Gratis á los pobres. LAIN-CALVO, 18, PRAL. DESDE MADRID. La Gacela publicará mañana el decreto firmado hoy por D. Alfonso, convocando las Cortes para el día 18 de Enero. Caen, pues, por su base, todos los rumores y noticias circulados referentes á crisis, á conjuras, á obstáculos surgidos en la marcha del Gobierno y á diferencias habidas en el seno mismo del Gabinete, con esta convocatoria, por virtud de la cual la Corona ratifica su confianza al señor Canalejas. Tenemos, pues, por ahora, Cortes y partido liberal en el poder. La gente espera con impaciencia la reapertura del Parlamento. Son tantos los asuntos que en la Cámara Popular, muy principalmente, hay que debatir, que la opinión, amiga de impresiones, desea ver llegado el día en que éstas tengan comienzo. f-^ guerra en 61 Rií, las cuestiones econóaric-.-í. La hásaíifl biióls® áékfttai v los sucesos de Cullera, parece han de ser discutidos ámpliamente, á juzgar por lo que indica la prensa política de todos colores. Los periódicos radicales se preocupan muy especialmente, entre todas las cuestiones, de la referente al indulto de los reos de Cullera, y á este fin insertan largos artículos, hablando de la sublimidad del perdón, y procuran hacer ambiente con tal objeto, e fundados por las asociaciones republicanas que, por su parte, no dejan pasar día sin dirigir al presidente del Consejo telegramas ó mensajes, y convocar á sus correligionarios para la celebración de ¡neelings. Pero puede observarse en esta campaña en pro del indulto, que permanecenalejadas de ella todas aquellas entidades respetables que carecen de determinada significación en el campo de ía política; y que, aun en las mismas reuniones á que se llama por las izquierdas, es escaso el número de los concurrentes, cosa cpie indudablemente hay que atribuir a que, comenzada la campaña por el indulto con excesiva anticipación, ios ánimos se encuentran ya fatigados. « • * Puede ya afirmarse rotundamente que la operación militar llevada á cabo el día 27 por nuestras tropas, ha constituído una hermosísima victoria para nuestro ejército y un ejemp'ar escarmiento para la jarka enemiga, qu^, quebrantada, no se encuentra seguramente con fuex*zas para intentar nuevos ataques. Folletín iel DIAD DE BURGOS (23) Llevamos ya dos días en los que, aparte de urgimos disparos suoltos, los kabiU-ño? no realizan actos de presencia frente á nuestras columnas; y por si esto j^- ".'uera indicio bastante signiíicativo de ^Tu escarmiento, cierto número de jefes se han presentado á nuestros generales para prestar su suniisióii y hacer ios acostumbrados sacrificios, símbolos de paz. Teniendo en cuenta esto, es general opinión la de que se deben aprovechar los momentos actuales para cástígat con la mayor rude¿a posible á los kabileños, y que solamente después de este castigo debe concederse el perdón, para que de este modo no se llegue á pensar por los rifeños que se debe nuestra benevolencia á falta do fuerzas ó de energías. La jarka, dicen los que así piensan, está quebrantadísima, y esta es la causa que induce á k-ti jefes á someterse; hay, pues, que impedir que con el pretexto de una paz, cuya duración había de ser, seguramente, escasa, los contingentes rifeños se refuercen, y ya descansados se lancen nuevamente á la ofensiva, cayendo como fieras sobre nuestros soldados. No creemos, dada la pericia de nuestros jefes militares en Norte de Africa, que éstos necesiten de consejos; pues fundadamente hay que esperar que el plan y la conducta que por ellos se siga han de ser los más pertinentes y adecuados, y han de inspirarse en su conocimiento de aquellas tierras y aquellas gentes, y en el más noble y acendrado patriotismo. MENCHETA. 31 Diciembre. —Ciertamente, es lo que me veré obligado á hacer— dijo Raftles con gravedad.— Así es que viene usted por su cuenta y riesgo, mi querido amigo. Pero vamonos sin perder tiempo, pues tengo que detenerme en mi casa. Cinco minutos después lo esperaba á la puerta de «Albany Hotel - que da sobre Piccadilly. Tenía motivos de espeI rarlo fuera. Obedecían á que Baird tal I vez se hallase sobre nuestra pi^ta y una I solución más inmediata y menos sanI grienta podría sobrevenir de una entref vista entre el usurero y yo. Sin adelantarme al peligro que yo co| ma, me esforzaba en evitar que se desarrollase el drama. Esta entrevista no se verificó, pues ao vi á nadie, y cuando Ralfies y yo nos pusimos en marcha con Erección á Villesden, tenía todavía en J"1 Pensamiento esa honrada resolución, loquería faltará mi palabra, pero era para mi una satisfacción pensar quo po- A A tí^n«kft m ñT-endidó en Aritmética, sacada á la suerte entre toSh^&ffi8 de : &á que. El examen previo comenzará el día 10 de Abril, y el primer ejercicio .de hi oposición, el 30 del mismo mes. Ocho días antes de empezar, los tribunales expondrán al público relación de los ^ dúos admitidos, por el orden que I i du actuar, que será el aUabético i piiuieros apeiiidos. Los aspirantes que deseen aerea i tur su conoci miento do kagua ingicsa ó alemana, deberán hacerlo constar así en ' iustancia á los efectos del art. 32. A los ejercicios de oposición precede- • ra un examen sobre las siguientes materia.--: Francés." Elementos de Aritmética y Contabilidad mercantil. Sólo podrán tomar parte en las oposiciones los que hayan sido aprobados en dicho examen. El examen previo constará de d#s ejercicios: escrito y oral. El primero se verilieará del siguiente modo: - Una vez reunidos los aspirantes quo deban actuar en una misma sesión, el Tribunal les dictará un párrafo en casted ¡no, que aquéllos deberán escribir y analizar en e! plazo que señale el Tribunal; les pondrá de mañifiesto otro párrafo en texto francés que habrán de trad icir, y les suministrará los datos de lás operaciones que han de ejecutar, relacionadas con una lección de Aritmética sacada á la suerte. El Tribunal recogerá ¿stó's trabajos suscritos por los interesados y prceiv.lerá á calificarlos, deternitinando los individuos que puedan pasar al ejercicio oral. El examen oral, que deberá comenzar para cada grupo de examinandos en la misma fecha ó en el siguiente día hábil al del escrito, consistirá en la explicación ó ampliación quo el Tribunal considere necesario del análisis gramatical hecho por el interesado; en leer ytia■vliieir otro texto francés, conversando además con el Tribunal sobre generalidades del se vicio de Correos en a |iiol idioma, y on contestar una lección de bunal, una lección de estas asignaturas por escrito y gráficamente; Segundo. El oral sobre las mismas materias para exponer otra lección de los respectivos programas; Tercero. El escrito de Legislación, que tendrá por objeto desarrollar una lección del programa, comprensiva de las siguientes materias: Legislación del servicio interior ó internacional. Tm-ifas y Contabilidad especial de Correos, y Cuarto. Ejercicio oral para contestar otra lección del mismo programa. En todos los ejercicios se sacarán las lecciones á la suerte. > A continuación so publica el cuestionario páralos exámenes y las oposiciones de ingreso en el Cuerpo de Correos. A orillas del Kert La carga de B&Gxdai* (¡ÍHLATO DE UN TKSTIGO PIIESKNCIAL) Durante todo el día 22 se escuchó desle ¡a Alcazaba de Zeluán nutrido fuego dé oisilería hacia la posición de Buxdar. Kntonces eí coronel señor Llopis ordenó que las fuerzas que había en la alcazaba, lo preparasen todo para salir al primer aviso. Estas fuerzas eran el quinto escuadrón de Taxdirt y dos compañías de Mallorca, á las que se reunió la fuerza que había marchado para proteger el convoy de Muley-Rechil. A las cuatro y media próximamente salió la columna al mando del comandante del regimiento de Alcántara don Leónides de los Santos y era su formación la siguiente: vanguardia la policía indígena al manao-aeí primer teniente D. Foflx Repolles, que daba la exploración con una sección mandada por el teniente Yigueira. Después las secciones de los tenientes Torón y Gómez y al frente del escuadrón el capitán D. Joaquín Portillo. A continuación marchaba otro escua'rón de Alcántara, a! mando del capitán ). .Me qwín Calvo y los oficiales Manso fie Zúñiga y Bernal y, por último, á re•Loiardia, dos compañías del regimiento de Mallorca. Cuando se hubo dado vista al campaaento enemigo, pudo observarse peritíclamente la formación rapidísima do ana guerrilla quo ocupó un frente de medio kilómetro. En vista de esto el jefe de la columna, señor De ios Santos, ordenó que desplegara parte de la Infantería. A partir de 'este momento inicióse un luego nutridísimo. La superioridad del húmeró de. nuestros enemigos, que iban poco á poco corriéndose hacia los ñauóos con ásimó de envolvernos, motivó las órdenes del comandante De los Santos, para que los escuadrones entraran á Ta carga. Lo hizo el de Taxdirt por el flanco derecho y el de Alcántara de frente. Desenvainados los sables y arengados con ardor y entusiasmo por sus jefes lanzáronse con tan irresistible empuje y denuedo sobre el desprevenido enemigo, que sembraron en un momento el pánico más indescriptible. Completa!iie;il(í desordenados, aunque sin dejar de hacer un vivo fuego, resistieron núes tra carga. La tropa, llena del mayor entusiasmo, dando vivas á la Patria y ásus jefes, arremetió en un supremo esfuerzo á sablazos, estocadas y disparos, destrozándole casi por completo. Como el enemigo era numerosísimo no tardaron en llegar nuevos refuerzos; pero de nuevo se rehicieron los escuadrones, entrando otra vez á la carga, que fué más brutal y sensible en pérdidas para el enemigo que la primera. Al valiente capitán Portillo le fué muerto el caballo que montaba, pero cogiendo inmediatamente otro de tropa, púsose denodadamente á la cabeza del escuadrón, el cual siguió mandando como un verdadero héroe. El teniente señor Repollés, durante toda la carga, estuvo batiéndose al frente de su sección con el escuadrón de Taxdirt, con igual entereza y entusiasmo que sus demás compañeros. La huida del enemigo fué desordenadísima, dejando el suelo lleno de cadáveres. Como ya so hacía de noche, tocóse llamada, incorporándose acto continuo aquellas fuerzas que tan alto pusieron el nombre de la Caballería española, entre los vivas y aclamaciones de sus compañeros los infantes, que presa de júbilo indescriptible presenciaron tan hermoso acto. Poco después se organizó el convoy de heridos que había de ponerse en marcha para Zeluán. Bien entrada la noche llegamos á la Alcazaba, donde se nos recibió con grandísimo entusiasmo. Toda su guarnición agrupada prorrumpió en análogos vítores á los quo en lo más duro del combate daban nuestros valientes soldados. Los oficiales con destino allí, pasaron poco después á las tiendas de los que se habían batido, felicitándoles efusivamente por tan hermosa jornada. Por nuestra parte tuvimos un oficial muerto y dos heridos y en la tropa seis muertos y quince heridos. Al día siguiente fueronrecogidos veintiún cadáveres de moros, lo cual da una idea exacta de las bajas que tuvieron, pues no cesaron de retirar muertos durante la noche. Bajas de jefes y oficiales Relación de las bajas de generales, jefes y oficiales tenidas en el combate del día 27, según noticias oficiales: MUERTOS Regimiento de Melilla. Coronel don Ensebio (Jarcia Gómez; capitanes D. Antonio Méndez y D. Manuel Terrazas; tenientes D. Juan García Aramayo y don Bruno Pérez Blázquez. Regimiento de Africa. — Teniente don Salvador Requejo. Regimiento de San Fernando. — Tenientes 1). Fernando Sesma y D. Bernardino Echeniquc. Regimiento de Alcántara. — Teniente p. Teófilo Morlones. Regimiento Mixto de Artillería.— Segundo teniente D. Pedro Sanz. HEBIDÓa General de brigada D. Silverio Ros. Ivegimiento de Melilla.- Teniente coronel D. Enrique Cavanna; comandante D. Antonio Dabán; capitanes D. José Estrañ y D. Enrique Fernández Villabrille; ; ei ientes I). Angel Bernáldez, D. Angel Gil Cabrera, D. Adolfo García Margallo, 1). José Sevilla, D. Casimiro Navarro y I). Vicente Morales. Grupo de Ametralladoras.— Teniente D.Joaquín Peñuelas. Regimiento de Africa.— -Tenientes don Diego Fernández Ortega y D. José Berrocal. Regimiento de Ceriñola.— Capitán don Marcos Barros, y teniente D. Luis Rodríguez Araluce. Regimiento de San Fernando. — Teniente D. Julio Portea. Batallón de Cataluña. — Teniente don Emilio Bozzo. Batallón de Segorbe.— Teniente D. Jesús Carrizosa. Regimiento de Alcántara. — Teniente don Roberto White. — ¿Do qué medio se va usted á valer oara franquear la puerta de la casa? ¿Cómo piensa usted que lo haga?... — No he meditado ciertamente este palito, pues la idea do cometer un asesiato pesa tanto sobre mí, que me tiene •mbargados todos los sentidos. Al lado del asesinato, un robores una bagatela; poroso creo lo mejor (no obstante lo que usted piense) evitar eso chimen. Yo mo creía en e! deber de hacer estas objeciones. - -El buen hombre -añadí —debe de sobra conocer la manera de operar de que se valen los ladrones, y seguramente tendrá preparadas sus armas de fuego para servirse de ellas en caso de ataque. —Eso es lo que yo deseo -dijo Raffles.— Todo sfrá una lucha de hombre á hombre, y tanto peor para el que caiga. No tenga usted la menor duda de (pie \ o prefiero un juego franco. Ea preciso que éA muera... ó do lo contrario usted y yo estamos perdidos. —El, no obstante, querrá mejor que seamos nosotros los muertos. —Siempre es usted el mismo, mi querido amigo. Ya lo he dicho que no necesitaba de su ayuda. Vaya, ya estamos frente á la casa. ¡Buenas noches! Vayase usted. ^ Yo no veía ninguna casa; únicamente pudo percibir un muró alto que so er¬ guía solitario en la obscuridad de la noche, en tanto quo los pedazos de vidrio que lo coronaban, brillaban ála tenue luz de las estrellas. En dicho muro hallábase empotrada una puerta pintada do verde, erizada de dardos capaces de resistirlos golpes de un ariete, de lo que pude dnnno cuenta, gracias á la luz de un me/chero de gas que so hallaba encendido en una farola próxima. El camino á q-iVé daba entrada esta puerta me pareció q'U' .SÍ i ía el de. los terrenos que habiaaio.; de pasar para al final de ellos toparnos con una casa solitaria. Raffles había preparado de día el plan de combato y venia en disposición de vencer todos los obstáculos que solo prosenlascn. I nmediatainente tomó la proenu.'ión de roioear fuertes taponesen los dard'»M afilados que cubrían la puerta, y momentos después colocaba su abrigó, doblado perfectamente, sobre los tapones que cubrían las puntas de estos pinchos. Yo me hice atrás en tanto que él trepaba por la puerta. No tardó en verle desaparecer, y entonces mo encaramé tras él. Apoyaba yo mis rodillas sobre el abrigo que cubría los botones de los dardos, cuando pude notar con sobrealto que Raflles tiraba de los faldones de la prenda. .Pero es quo viene usted? -Sí. /vtoncióu entonces; mo parece que oigo ruido de pasos. Esto no va á ser fácil. Permanezca usted aquí mientras tanto quito yo los tapones que cubren los dardos de la puerta. El jardín era pequeño y se veía que había sido trazado hacía poco tiempo. Los parterres mostraban aún removidos los terrones para que fueran sembradas las plantas. Los pequeños árbol itos do laurel hallábanse plantados en alamedas apenas trazadas. ' — Estas son verdaderas campanillasmurmuró Raffles con tono sentencioso, dirigiendo su mirada á los arbustos.— No han ningún árbol que con su estremecimiento produzca un sonidotan fuerte... ¡Bien lo sabe el viejo) Después de atravesar por encima de la hierba, tuvimos cuidado do no aproximarnos demasiado á la casa del viejo Baird. -¿Se hallará ya en la cama? -No lo creo, Bunny. Por el contrario, me figuro que nos ha visto ya á estas horas. —¿Por qué lo supone usted? —Porque he podido percibir una luz. —¿Dónde? -Abajo, hace un instante, cuando yo... So calló y entonces vi yo también la luz. Formaba como un rayo dorado, debajo de la puerta de la casa; después desapareció y volvimos á verla hasta que se Regimiento de Taxdirt.— Teniente don Manuel Larrea. SARGENTOS MUERTOS Según un parte oficial, el 27 murieron nueve sargentos del regimiento de Melilla. Se llamaban Alfonso Gimeno, Manuel Arrabal, Ildefonso Infantes, Bernardo Suárez, Enrique Sánchez, Antonio Ar-menta, José Rivero, Germán Padial y Moisés Vergara. Comisión provincial Sesión del dia 30 de Diciembre. Acuerdos tomados: Remitir á la dirección del Hospicio una instancia de Manuel Lozar, vecino do Villadiego, para que cuando haya cama vacante ingrese en las enfermerías del mismo. Entregar á Inocencio Guijarro, de Villayuda, una hija que tiene en el Hospicio. Admitir la dimisión al peón caminero Ambrosio González y nombrar para sustituirle á D. Sotero García Ruiz. Que sea recluida en el manicomio de Santa Agueda Felipe Alcalde, de Ruyales del Agua. Declarar válidas las elecciones de concejales de Olmedillo de Roa, y desestimar las protestas formuladas. Idem nulas las de Barbadillo del Fe» y que se celebren con arreglo á las disposiciones vigentes. Aplazar la resolución, por haber habido empate, de las reclamaciones formuo ladas con motivo do las elecciones do concejales de Palacios de la Sierra, Tordo mar, Merindad de Valdivielso y Castrillo de la Reina. Archivar el expediente instruido con motivo de las protestas electorales do Olmos de las Picaza, por haber desistido los recurrentes. Que quede sobre la mesa el de que so requiera do inhibición al juzgado de Vilíarcayo,en la causa que tramita por malversación de caudales contra el alcalde y depositario del Ayuntamiento de Merindad de Valdivielso. Aprobar una certifleación importante 2990 pesetas 15 céntimos que corresponde abonar á D. Anacleto Burgos, vecino de Mecerreyes. Señalar el día 10 de Febrero para celebrar la subasta de los acopios de piedra con destino á la carretera de Tormantos por Belorado á Pradoluengo. Aprobar una certificación importante 1208 pesetas que corresponde satisfacer al Ayuntamiento de Canicosa por obras ejecutadas en un camino vecinal. Idem otra de 1200 pesetas al Ayuntamiento de Villafría por obras ejecutadas también en un camino vecinal. Idem otra de 1680 pesetas al Ayuntamiento de Ibrillos por obras del camino vecinal. Idem la recepción y la liquidación general de los acopios de piedra de que os contratista D. Gabriel Martínez, de Villaf roela. Admitir la renuncia presentada por ). Gervasio Vicario del cargo do conceal del Ayuntamiento de Cueva de Jua- •ros. Reclamar datos para reformar la alzada interpuesta por D. Melitón Arce y otros vecinos de Merindad de Valdivielso, contra un acuerdo de la Junta Municipal, que dispuso requerirles para averiguar las causas que mediaron para suspender la cobranza de 21.800 pesetas. Aprobar cuatro cuentas del arquitecto por obras ejecutadas on el Hospicio y exconvento do S. Agustín. Remitir á la superioridad los recursos de alzada interpuestos contra los acuerdos adoptados por la Comisión en los expedientes electorales de Gamonal, Villagonzalo Pedernales y Padilla do Arriba. Idem el presentado contra el acuerdo de nombramiento de médicos de la Comisión mixta de Reclutamiento para el año 1912. Conceder varias pensiones de lactancia. Señalar el día 4 para celebrar la primera sesión del mes. fué extinguiendo lentamente. Pudimos escuchar el crujir de la escalera como bajo el peso de una persona que sube, y volvió á reinar el más completo silencio. No volvimos á ver ni entender nada más, y mientras tanto permanecíamos en nuestro puesto, de pie, inmóviles sobre la hierba, hasta el punto de que sentíamos penetrar la humedad del rocío en nuestro calzado. —Yo voy á entrar— dijo al Un Rafñes. —Creo que no nos ha visto, y lo siento. ¡Venga usted por aquí! Marchábamos con precaución por ol sendero quo conducía á la casa; pero la grava menuda del suelo, que se adhería á las húmedas suelas do nuestro calzado, ( omonzó á crujir ruidosamente cuando llegamos á una mampara de cristales qóe cerraba mni (.orrazá enlosado. A través dé las rendijas de una puerta inteior que daba al vestíbulo, era por donde Kaffles había podido apercibirse do Ja luz que luego vimos los dos. Mi compañero se dispuso á cortar á punta de diamante uno do los cristales, auxiliándose para la operación de una hoja de papel y un tarrito de goma, objetos que nunca olvidaba de llevar en su estuche de instrumentos profesionales. No rehusó mi concurso, pero pude 'notar que lo aceptaba instintivamente, por la oportunidad con que había sido ofrecido,