SAN LUIS DB POTOSÍ (MÉXÍCO) Corrida celebrada el día 15 de Marza. Organizada por la acreditada y moderna empresa «La Taurina», se verificó la última corrida de la temporada en nuestra plaza de toros. La excelente impresión que dejó Montea en la corrida de su presentación (5 de Febrero), despertó el entusiasmo, no sólo de los aficionados, sino de San Luis entero, y la empresa quiso demostrarnos que está dispuesta á darnos gusto, aj listando nuevamente al diestro de Triana para que, en unión de Jerezano, se las entendieran con tres loros de Gaanamé y tres de Espíritu Santo, éstos de los de la cruza de Miura, elementos todos de primer orden qae, á no dudarlo, llenan las exigencias de nuestra plaza y satisfacen el gusto de los buenos aficionados. «La Taurina» quiso echar la casa por la ventana, y guiada por su bien arraigada afición, contrató al notable banderillero Blanquito, el número uno de lus de su clase en el mundo taurino. Era, pues, de esperar, que nuestro público acudiese al llamado de la empresa llenando las localidades de la plaza, pero desgraciadamente no fué así Y es que San Luis no tiene público para cuatro ó cinco espectáculos á la vez, como sucedió el domingo. Hubo, además de la corrida, una exhibición de cinematógrafo en el teatro de la Faz, zarzuela en el Arista, función en los dos circos que corren la legua, y por último, un espectáculo á la intemperie... la elevación de un globo con un saltimbanqui haciendo piruetas. For lo demás, la afición potosina señala un nuevo triunfo al ver desfilar por su plaza toreros de primera fila, y contando con que el pandero está en manos expertas y que saben tocarlo. For esta vez el éxito no correspondió á los buenos deseos y propósitos de la empresa, ni satisfizo las esperanzas que teníamos los taurófilos; pero ni éstos ni aquélla se desalientan, que al fin y al cabo, el que porfía mata un venado. Fuede decirse sin rodeos que la corrida resultó en conjunto menos que mediana. De todo hubo: toros de hermosísima lámina, finos, de gran respeto y buena cuerna, pero no todos sobresalieron por su bravura. Gaanamé nos mandó tres ejemplares que sólo pintados, como suele decirse, pero nada más; sin embargo, hay que hacer constar que mansurrones y todo no justificaron el asco que Montes les tomó, especialmente al primero. El primero, debido más que á nada á la mala lidia que se le dió, llegó al último tercio defendiéndose y con la cabeza por el suelo. Los otros dos cumplieron sin honra ni vilipendio, y sin deterioro de taleguillas ni cosa parecida. Los de Espíritu Santo demostraron tener mejor sangre, más refinamiento, más bravura y más poder, sobre todo el jabonero, que fué un ejemplar, en toda la extensión de la palabra, de aquellos que entusiasman á los públicos. Certero con los caballos, dejó cuatro rocinantes muertos en la plaza en menos que canta un gallo, provocando una ovación entusiasta al ganadero, cuya honorable familia ocupaba el palco núm. 14 Los dos restantes, hermanos del interfecto, cumplieron bien sin excederse, y mejor hubieran cumplido si, debido al canguelo de los picadores, no los hubieran rajado miserablemente, como sucedió con el segundo, picando además en el rabo y las pezuñas. Con todo, superaron á los de Guanamé en poder y bravura, compitiendo en presencia ambas ganaderías. £1 trabajo de Montes, á quien el público tenía verdaderos deseos de volverá ver, fué malo de verdad. £1 de Trlana no quiso, y nos aburrió lindamente. Sus lances de capa al primer toro resultaron sin arte y con un dejo que merecía censuras; pero el público lo toleró quizá por el recuerdo de su anterior corrida en esta plaza y para animarlo. No hizo quites, ni disimuló esa apatía de que nos habla la prensa profesional española, y se limitó á salir del paso. Cierto es, y hay que hacerlo así constar en abono suyo, que los toros que le tocaron no fueron de los que se prestan á floreos ni grandes cosas; pero sí de los que proporcionan, á quien se trae voluntad, ocasión de confirmar reputaciones. Mató á sus tres adversarlos así: al primero cuatro pinchazos y un estoconaz j á volapié, sin estrecharse y volviendo la cara, más un descabello al segundo intento; al segundo, tras brevísima faena, de una estocada delantera á paso de banderillas, y al último de dos medias estocadas, saliendo de la cara en ambas ocasiones como cualquier mal novillero de cortijo. No hubo quites, ni dirección, ni voluntad, ni nada; sudó el hombre prudencia, y tomó tales precauciones, que alguien se atrevió á llamarle mledj. En fin, que en esta corrida no fué, ni por asomo, el Antonio Montes del 6 de Febrero. En cambio Jerezano tuvo una buena tarde, sin llegar á superior. For sabido me callo que el hombre fué, en cuanto á modestia, el mismo que conocimos cuando el beneficio de Faico. Se las entendió con los cruzados de Espíritu Santo y se llevó muy legítimamente las palmas. Toreó al primero y tercero con verónicas y dos navarras parando bastante y estirando los brazos, y con la muleta se adornó en sus tres faenas. A bu primero lo tumbó de media estocada al volapié un tanto delantera, pero eficaz y sin intervención de puntillero. A su segundo le atizó una estocada atravesada por haber cuarteado, y remató tirándole la puntilla desde buena distancia y acertando á la primera, ganándose la ovación de la tarde. Al último una estocada á volapié algo desprendida, pero entrando bien. Un párrafo aparte y al Igual de los matadores se merece el gran banderillero Manuel Blanco, Blanquito. Inteligente, trabajador, gigante con los palos y un torerazo de los que no abundan, se nos presentó el verdaderamente famoso Blanquito, y hay que tener en cuenta que la tarde del día 12 no se encontró con enemigos. A pesar de esto nos puso de manifiesto su gran valer como peón y banderillero. Desde la preparación á su primer toro, en la que hubo salidas en falso hechas con gran maestría y derroche de arte, logró imponerse al público, y las ovaciones se sucedieron sin interrupción; pero cuando éstas llegaron al delirio fué en aquel archimonumental par al sesgo al cuarto toro. Hubo de todo: arte, maestría, serenidad, vista, gran valentía y conciencia |Con razón se le tributó tan grande, merecida y estruendosa ovaciónl Ayudó oportuna y muy eficazmente en todos sus toros á Montes, especialmente en el quinto de la tarde, estando siempre en su luear. El resto de las cuadrillas cumplió y nada más. Pincho puso dos pares al cuarteo, ganándose palmas, y Mirandita le superó en otros dos pares en la misma forma, puestos con más vista y con esa voluntad que le conocemos. De los jinetes no hay que contar á ustedes, pues salvo una vara del Chato al tercero y otra del Tato al mismo, con un formidable batacazo, de esos que tanto hacen gozar á un buen amigo mío, mal, muy mal, pero muy mal. Ahora, terminada la temporada de corridas formales, esperamos la de novilladas, que dará comienzo con la Fascua, en la cual, en medio de su modestia, nos proporciona de vez en cuando agradables sorpresas y no pocas tardes de regocijo. Y Fax Christi. El FaOBB FADILLA.