Indicaciones generales á modo de prólogo. Un deseo constante de los pueblos ha sido siempre disponer de grandes cantidades de agua que pudieran aplicar no sólo á las necesidades particulares de los hombres, sino también á las de la agricultura y de la industria. Los Libros Santos, los monumentos y escritos de la antigüedad egipcia, griega y romana, principalmente, dan á conocer los grandes esfuerzos de los hombres y los cuidados consagrados por los pueblos á la solución de los problemas de abastecimientos, ya para las populosas ciudades, ya para los riegos de los campos. Todos los pueblos que alcanzaron un elevado grado de cultura dieron una importancia grande á las obras que tenían por resultado el aprovechamiento de las distintas clases de aguas. Los egipcios construían grandes fosos á manera de canales para conducir las aguas; los griegos construyeron también acueductos y reservatorios de importancia, tanto para abastecer y llevar el líquido tan necesario en las ciudades, como para. regar fértiles campos y terrenos feracísimos; los romanos realizaron obras de conducción de aguas que hoy mismo son nuestra admiración por lo atrevidas y valientes que son unas, por el gran esfuerzo que representan la ejecución y desarrollo de pensamientos tan vastos y costosos, otras. Roma dejó en España los primeros y más antiguos ejemplos de las conducciones de agua, y llevó su espíritu de reforma en los servicios públicos á tal grado que, lo mismo que en la metrópoli y en la Galia, no hay ciudad española de importancia en