EL CANTAR DE MIO CID Y LA EPOPEYA CASTELLANA 39 afirma de que la Crónica es la que amplifica, y los hizo, aunque Menéndez Pidal no bajó del burro por eso ni esotro. "Tres reyes veo de moros"', dice el Poema (637). El redactor de la Crónica nos da a entender que el autor de Mió Cid veía demasiado, pues él no veía más que dos : "dos reys moros que tenie y consigo". El otro estaba en la calenturienta fantasía del autor del Poema. Después del verso 694 se le fué, sin embargo, por alto una advertencia estratégica importante al lidiar con mayor número de enemigos y que trae la Crónica: "El Qid castigólos allí a todos como fiziessen en la facienda, et acordassen todavía en una et non se esparziessen sin recabdo." Y es que el autor de Mió Cid estaba embargado, como mejor literato que militar, en la ampliación del tópico de la batalla. En estos lugares comunes es donde los poetas eruditos se lucen echando mano de lo que los tratadistas llaman la amplificación. Una muestra de amplificación brillante, pero propia de un retórico erudito, está, efectivamente, en los versos 715-733: "Enbragan los escudos delant los coragones, abaxan las langas abueltas de los pendones, encimaron las caras de suso de los arzones, ívanlos ferir de fuertes corazones." Este trozo se repite en el combate de Carrión (verso 3.615, etcétera). Se ve al autor erudito satisfecho de sus palabras, repitiéndolas en dos lugares. No menos de poeta erudito son las que siguen (727) : "Veriedes tantas langas premer e algar..., etc." Esta, amplificación es y del Poema, no de la Crónica. De semejantes amplificaciones podrán verse otros ejemplos en los