Vicesecretaría de Educación Popular Mos nioiles ile Peiiomio i "ffiii Mí i "¡m MmiB Pío ü Mn El P. Itürrioz, del Coíegio Máximo de Oñaf premiado con una mención honorífica cional de iJumo de "Ainórica vilar, de ' MudriU.- Heunido í corriste mos a] jurad » l í c t ami¡-ia c sol.) re I í jj^onilps nací oi^a los de PevioUisuio ; t/iteraturo. "Francisco Franco"' y ''Jo sé Antonio Primo d€ Ilivera", reserva- 1 ífltfl ^uranio; año J 9 i -i pnra íes cuakN3 mejores trabajos periodísticos y JiWarlos publicados eñ e' plazo comprendido entre el 4 -.de Octubre de .!9i;í y el de Noviembre de tfii, S'FL acordó lo slguielnle : Conceder por urLanimidad el premio nacional de Periodis-mp *; Francisco •'raneo" a los ■arUculos firmadlos prc^eftlado-iv por Eugenio Montes. Oe^laiai', por rnayorín, desierlo el ítrewto (íiacJonal Litéis tura "FránvHco Franco", al que estaba asignado, e) twm "Eí catolicismo como solución1 UQl dft ios problemas üd hombre actuar', .j^i^ e filmar que los t.rabajos presenta'Sidos no cumplen las coindiciones del t-cstiti ' propuesto. Re acuerda, osimis■ tcxaic¿edeiv ■ ntendún honoriü-. m las obraí -''El lu.rnbrc" V . sií - m.t ta física 11 , del revé rend o padre J" . & ti\- "Los días están ecb-' lados ^, de Ucéilio Keníl.eK do Castro >T ''Teoría y sistema de las formas po Ulir Mí os viÉDto I He n ít'dia í del ! trinar preseníados de un lado, porj que había de Agustín del oncesWn de los i Izquierdo Luquo conjuntame'nU Cp, por Conced A primera hora de la maHana se desencade.aó sobre nuestra ciudad un inlens temporal de nieve que, con ra pidoz increíble y debido a que el piso estaba totalmente helado, cubrió con su albo manto — ^esto aunque tópico manoseado es preciso — » toda la Lit era tura " José Antonio | Hivero", asigundo al lema (ü libro "Pcdraiias Dá- 1 Palilo Alvaivz Rubiano. y monci<'?.i honorífica a las obras '\La: teología y los teólogos juristas españoles ante "la conquista de América* v del Dr. P. Venaneio Di Carro. O, P.;( "Victoria en América1', de Concha Es-j lü'o Cisneros y Federico ciudad. ■ dej Tras un breve paréntesis, rl^ lemPedra Salvador. poral volvió a recrudecerse y a las r por mayoría el prcínlo na ¡ tres de la tarde comenzó do nuevo a caer una copiosa y a A'eces violenta novada, que im'i'enientó la anterior, alcajizondo" la nieve en la capital mis má un espesor dfi cerca do quince centímetros. ""(ion esto, los amantes del depoHe de invierno, tuvierója ocasión de practicar sus aneione^ predilectaLS y así se vieron én el cerro de San Miguel \rqucoloffia Agustín lana- . deJ'o, y en otros lugres inmediatos a la ciu- Esta tarde recorrerá las calles de Bur la Cabalgata de los Reyes Magos pma sé Pére^ río" (un poeta, y uno;. vida) Anionio Cabezas. Los señores don Agustín del Rio Gis de Barrados y "J'Uibéia Hade, Juan f dad algunos esquiadores. Por causa do U nieve, pisoteada > congelada. Se produjeron numerosas íH^izquieídÓ Luque,' caídas, siendo varios los asistidos por han renunciado' a la cantidad en me-j ial motflvettte f Rubio, 3; don Emilio Calvo i - don n 0'^* ció Alonso. 1; don Paulino MigUeI a- don Panaleón Santamaría. dro Ortega, 3; don Manuel Glíll don Mariano García, 1; don Antñ Üüemes, 1; don Joaquín RuiZi j niíi Sílvino Pérez, 1; don Mañano ^n0íl no, 1| don Julián Paniego, i. ^ Don Jacinto Cuñado, 2; don Frn cisco' Pérez, ,2; don Angel HorUeüek 3; don Joaquín Mansilla, X; don Man ricio Redondo. 1; don Raimundo AT j 1 Lucio Martín^ , va reí. 0,50; don Lucio Martínez i don Prudaieio Balbás, 0,50; don ¿il Biva que gorio Revüla, 2; don Gregorio CástT í^m ñeda, 1; don Damián Franco PalaeS n-za 2; don Antonio Marín, 2; don Romóy, vital Lópess, 1; don Benito -González, van ' don Joaquín Santamaría, 3; don j^J ia \x GÜemes, 1; don Santiago "Pavón, 2; don Benito Conde, 2; don OeíM Alegre, 1; don Román Manrique, idon José Santas López, 3; don ™| bio Ortega, 3;, don Juan Bahlo, I don 'Victorino Sastre, 2; don Camíl Alonso. 5; don Feliciano de- la Pnei). te, 3; don Julio González, 3. DONATIVOS DE ItíGüETES Han entregado juguetes: El señor director de la Escuela Normal del Magisterio Juguetes confe cionados por las p.lumnas de la Esc: la Normal. Don Juan Campo Agero, don Gr¡| goiio" Sedaño, don Miguel Merino Al? billos, don Pablo Giménez Cuende doña Rosalina Mata Manzanedo, propietaria del Cine Avenida, señor pm pietario del comercio "La Buena Mar cha"; señor propietario del Cine dón; señor propietario -clel cine Cai traváss • ,,. . . ^ : . I Pimíos de suscripción : Deposita) Municipal, tíaja de Ahorros Munici pal y del C. C. O., Banco de España, Español de Crédito, Híspano America- i no, 3ilbao. Mercantil, Banca Fernán*! dez-Vüla Hermanas. Comercios: "El Paraíso", Casa Ri villa," Juan Campo, don Domimno Rodríguez; don Domingo de Pabloi (Hijos). Interesaría adquirir fabricación AUTORIZADA DE ALGUN PRODUCTO O PRODUCTOS INDUSTRIALES BIEN ACEITES. PINTURAS. GRASAS, JABONES, ETC—ESCRIBIR " CAFRANGA". BILBAO ' . i ili Pile i li imi (3) principios de un orden político y social sano y conforme a normas de derecho y de justicia es de particular importancia en quienes, sea cual fuere la forma del régimen democrá tico, ejecutan como representantes del pueblo en todo o en parte el poder legislativo. Ya que el centro de gravedad de una democracia normalmente constituida reside en esta representación popular, de la que irradian las corrientes políticas a todos Jos campos de la vida pública, tanto jjara ol bien como para el mal, la cuestión de elevación moral, de idoneidad práctica, de la capacidad intelectual de los designados para el Parlamento es para cualquier pueblo de" régimen democrático cuestión de vida o muerte, de prosperidad o de decadencia, de saneamiento o de perpetuo malestar para llevar a cabo una acción fecunda, para obtener la estima y confianza de todo el cuerpo iegislativo. La experiencia lo demuestra, indudablemente; debe recoger en su seno una selección de hombres .espiritualmente eminentes y. de carácter firme, que se consideren como representantes de todo el pueblo y no ya como mandatarios de una mucheaíumbre, a cuyos intereses particulares muchas veces, por desgracia, se sacrificaii la reales necesidades y las ^gigenc jos del bien común ; una se;le<íGión de hambres rio limitada a una Pi-»fes-i&5 e st una condición determi¬ nada, sino imagen de la múltiple Vida de todo un pueblo ;una selección de hombres de sólidas convicciones cristianas, de juicio justo y seguro, de sentido práctico y écuánime, coherentes consigo mismo en todas las circunstancias; hombres de doctrina clara y sana, de designios firmes y rectilíneos; hombres, sobre todo, capaces en virtud de la autoridad que emana de su" conciencia pura y ampliamen te se irradia y se extiende en su derredor, de ser guías y dirigentes, sobre' todo en tiempos en que las urgentés necesidades sobreexcitan la impresionabilidad del pueblo y lo hacen propenso a la desorientación y al extravio ; hombres que en periodos de transición, atormentados generalmente y- lacerados por pasiones, por opiniones divergentes y por opuestos programas, se sienten doblemente obligados a hacer circular por las venas del pueblo y del Estado, quemadas por mil fiebres, el antidoto espiritual de las visiones claras de bondad solícita de justicia que favorece a todos igualmente y a tendencia de la voluntad hacia la unión y la concordia nacional en un espíritu de sincera fraternidad. . , Los pueblos cuyo temperamento espiritual y moral es suficientemente sano y fecundo encuentran en sí mismos y pueden dar aJ mundo los heraldos' y los instrumentos de dcmocraeia que vtyeíí cen JMfi^te dis¬ posiciones y las saben de hecho llevar a la práctica; en cambio, donde fal^ tan semejantes hombres vienen a ocupar su Apuesto para convertir la actividad política en campo de su ambición y afán de aumentar sus propias ganancias, las de su ca-sta y clase, mientras la búsqueda- de intereses particulares hace perder, de vista y pone en peligro el verdadero bien común con el absolutismo del Estado. Una sana democracia fundada sobre los principios inmutables de la ley natural y de la verdad revelada será resueltamente contraria a aquella corrupción que atribuye a la legislación del Estado un poder sin frenos y sin límites y que hace también del régimen democrático, a pesar dé las apariencias contrarias, pero vanas, un puro y simple sistema de absolutismo. El absolutismo del Estado no hay que confundirlo con la monarquía absoluta, de la que ahora no hablamos, y consiste en el hecho, en principio erróneo, de que la autoridad del Estado es ilimitada y que frente a ella, aun cuando da rienda suelta a sus miras despóticas, traspasando los límites del bien y del mal, no cabe apelación alguna a una ley superior que obliga moralmente. A un hombre posesionado, de ideas rectas sobre el Estado, la autoridad v el poder de que éste está revestido en cuanto que es custodio orden , social, jamás se le ocurrirá ofender a la^ majestad de, la ley positiva dentro de los límites de sus naturales atribuciones; pero esta- majestad , del derecho positivo huantn© ihaprel^le al menos, no se opone al orden absoluto establecido por el Creador y presentado con hueva luz por la revelación del Evangelio, y esa majestad no puede subsistir sino en cuanto respeta el fundamento sobre el cual, se apoya la persona humana, no menos que el Estado y el poder público. Este es el críterio fundamental de toda for ma de gobierno sana, y aun de la democracia, criterio con el cual se debe juzgar el valor moral de todas las leyes particulares. - . • HOS SENTIIVIOS PROFUNDAMENTE LA iMPORTANCJA DE ESTE PROBLEMA Tercero. — ^Naturaleza y ' condiciones .(Ve una Eficaz organización de Itf paz-, la unidad del género hvirnano y la sociedad cfc los pueblos. Nos . hemos querido, amados, iiijos e lujas, aprovechar la ocasión de la fiesta de Navidad, para 'indicar por qué caminos una democracia que sea conforme a la dignidad humana puede en-^irmonía con ¡Ja ley natural y con \s designios do Dios manifestados en lo rovoluciári, llegar- a 'resultados hencílciosos. En efécio. Nos sentimos piol'undamenlc la importancia do osle -problema para el progreso pacífico de la famUia humana, pero al mismo tiempo nos damos cuenta de las gravites exigencias- que esta forma de gobierno impone a la madurez moral de los .ciudadanos,, madurez moral a la que'e^n vano se podría teñir la espei'anza de llegar p^na | y seg-urameiite ni la iu?; de la cueva de Belén no ílaminasft tt\ oactiro spndé- f^r el ipie fas h^Hftires ic el 'os borrascoso presente sn el recctiocimienlo fté I If. principio depende el porveííirv| la paa. ■ Ninguna re forma, m undial , n. .na garantía de paz puede hacer tracción de él sin debilitarse % neg'ar do sí misma. Si, por ol irarip; esa misma exigencia hállase su actuación en una dad de pueblos que supiese ios efectos de estructura y las.1 perfeccione^ íle las solucione» V: cedentes, enlónces la majestad aquel orden, regalaría y doimnf igualmente las deiiberaciohes de | sociedad y las aspiraclo'ftes de s-is dios. Po:- el mismo motivo, ^ tiende de qué. manera la duíoridalj una sociedad de j)Ueblos tendí ser verdadera y efectiva s.o|l listados que : son miembí'os dí pero de modo que. c-ada uno de^6 ¿ conserve igual derecho a su re»flM ¡soberanía. , . \ m . L^nicameute -asi ol ospírUu w ^ sana democracia podrá entrar en _ vasto y escabroso campo de ta 1^ ! í Ucaa ó xtfrtí o r c un ir» la guerra „ • agrcsióii, ' cómo sóiuoiíin de t»s W£ l reJ con-' jnoral cvitíifl c.n- ■lia- 1