22 CÓRTES DE MADRID, DESDE 1588 Á 1590. para ocuparse siempre en su Real servicio, conforme al gran amor, lealtad y obediencia que á vuestra Magostad tienen. LoquesuMages- Acabado que huuo el dicho Diego López Gallo de resy1ut0i feto Testé ponder á la dicha Proposición, su Magostad dixo al Reydia. no, que les agradecia la voluntad que mostrauan á su ser¬ vicio, que era la misma que tenia entendido dellos, y de la fidelidad con que estos reynos le servían siempre; y que asi creia lo harían como dellos esperaua, y como el estado de las cosas y su mucha necesidad pedia, y que se juntasen con el Presidente, á tratar en particular desto y de las demás cosas que conviniesen; que su Magostad daua para ello licencia. Con lo qual su Magostad y su Alteza se levantaron de sus sillas y se entraron en su aposento, acompañándolos los dichos señores Presidente y Asistentes, los quales se salieron luego, y ellos y el Reyno volvieron, acompañando á su Señoría hasta su posada, en la misma orden en que vinieron, quedándose á la puerta el Reyno sin se apear, sino solo subieron con su Señoría á su aposento los dichos señores Asistentes; con lo qual se acabó el acto del dicho dia. salida dei señor Después desto, martes, cinco dias del mes de Abril feritLTenLTi^ ^ m^ 1 quinientos y ochenta y ocho años, el dicho señor saia de las Cortes. Presidente salió del Consejo Real, acompañado de los dichos señores Asistentes, y fué á la sala que estaua diputada para las dichas Cortes, donde estañan puestos tres bancos grandes, cubiertos de paño, el uno, que tomaua la cabezera de la dicha quadra, y los otros dos, á los dos lados. Sentóse su Señoría en una silla, en medio de un hueco que quedó en medio del banco de la cabezera, en un bufete delante, y en él una cruz y un libro misal, abierto por donde estañan escriptos los Santos Evangelios,