76 1492 cíales, en una palabra, á la llamada con la misma inexactitud que aquélla, historia interna. Dejándonos llevar de la general costumbre, hemos esbozado en los anteriores capítulos, la vida externa de los principales Estados europeos, para venir en éste, á ocuparnos de esas manifestaciones literarias, científicas y artísticas, á que nos referíamos^ y que son, por una coincidencia singular, las que dan el verdadero carácter á la época, cuyo estudio estamos haciendo; al Renacimiento. £1 Renacimiento en su esencia, y no ya como un período histórico, consiste en la tendencia general que se manifiesta en todos los órdenes de la vida á imitar la antigüedad greco-romana. En la organización política, se siguen las reglas prácticas y consejos que la historia proporciona al hablar de aquellas civilizaciones; en la legislación, se acude al derecho romano, la ra^ón escrita, como se le ha llamadc, se difunde su estudio por todas las escuelas y en él se basan las leyes de los pueblos; la Filosofía vuelve á Platón y Aristóteles, menospreciando y hasta vili-