XLI nés. Aunque todo lo demás de aquellos fueros quedara en píe, manteniendo intactos los textos tradicionales de su legalidad escrita, desde entonces quedaban ya de hecho esencialmente transformadas en su espíritu y eficacia todas aquellas instituciones políticas del fuero aragonés. Aunque la erudición histórica demuestra documentalmente qu.e los fueros de Aragón no se suprimieron sino después de otro centenario, el instinto popular, con más clara penetración, señaló en el suplicio del Justiciazgo la verdadera fecha de la extinción de aquellos fueros. El suplicio de nuestras alcaldías durante el transcurso del siglo xix se produjo con aparatos harto más desaforados y en medio de mayores tragedias históricas que la ejecución de Lanuza. Tras de ello no debe sorprendernos que cuantas leyes promulguemos en intento de establecer libertades municipales, resulten por de pronto fórmulas vanas sin contenido, y que á, las veces desde el día siguiente de su promulgación sólo sirvan como meros instrumentos de suplicio para el trato de Municipios y Alcaldes. Si hemos de resurgir en vida municipal, las reformas silenciosas en nuestras costumbres políticas importan ahora mucho más que todo lo que exhibamos en Gaceta. Las costumbres caracterizan y gobiernan á las naciones mucho más que las leyes. Y nada hay tan difícil como la reforma•ción de las costumbres y de las prácticas de gobierno, cuando han llegado al extremo de depravación en que hoy se mantienen las relaciones sociales y jurídicas de nuestros Municipios con los agentes burocráticos y las presiones directas ó indirectas de la Administración central. En ese ambiente, las leyes mejor intencionadas para reformar la Administración local, se desvirtúan instantáneamente, quedando reducidas á títulos vanos bajo los cuales las instituciones hechas para la libertad sólo producen servidumbres y tiranías. En semejante condición de los estados sociales, la operación brutal del método revolucionario, ó el procedimiento de reformas parciales en la legalidad establecida, como se pretendía en los proyectos de 1891, suelen llevar muchas mayores probabilidades de producir algún remedio, que el intento de remudar