LA PRÜHBA DE INDICIOS 181 mombrarle el Gobierno al 'darle el segundo entorchado... , — ¡Bueno! — exclamó uno interrumpiendo al coronel. — Nunca mejor que aquí se ha podido decir aquello de Se casó Pedro Moreno... ¡Buenol y quiera Dios que no se pueda añadir aquello otro que sigue: Mató la mujer de un palo... ¡Malo! — No, eso no — dijo otro; — no es creíble que el general anduviera á palos con su mujer; pero algo habría. El salto de Magdalena desde la fonda á la Capitanía general es tan enorme, que no podía menos de desvanecerla. — La modesta y dulce Magdaienita sacaría las uñas... — Y empezarían á notarse en seguida las diferencias de edad, de gustos y de costumbres. . . — Y acabarían los nuevos consortes por tirarse los platos en el almuerzo. — O, á lo menos, por no almorzar juntos... El coronel, que embebido en la narra-