DE NOVELA. 67 si en el baratillo le cambias. Te costará trabajo llevarle hasta allá, pero ten pacieucia. Le arrimas buenos palos por el camino para hacerle trotar y entrar en calor, á ver si cuando llegues ya no cojea. Pero allá tampoco le dejes parar un momento, porque en cuanto se enfríe vuelve á las andadas. Al ruido de los comentarios de la vecindad reunida junto á su casa, había salido ya Vicenta al postigo con un niño en el brazo á medio empañar y una. niña desnuda, un poco mayor, agarrada á la saya. Y era de ver la cara que puso la infeliz, no tanto por ver el macho descuajaringado, como por ver á su marido resuelto á seguir el dictamen del tío Blas y marchar por tercera vez á la feria. Pero Angel estaba resuelto de verdad, y y cerrando los oídos á las reconvenciones de su mujer, antes de media hora echaba á andar con el macho en tres pies camino de Mansilla. VI. La primera de las dos leguas le costó tres horas; pero la segunda la anduvo en hora y