EL BOBO DE LA FERIA. — Anda, anda, deja ya la rueca por esta noche, y amáñame algo para la fiambrera, qne mañana muy temprano marclio para Mansilla. - — Pero, hombre, ¿a qué vas? — Ya te lo be dicbo, mujer, a la feria, á ver si vendo la burra ó la cambio. — ¿Quién te ba de dar nada por ella? ¿No ves que es más vieja que la sarna en Asturias?... Y luego con aquella oreja colgando, y tuerta de un ojo, y del otro tampoco ve apenas... — Pues así y todo la be de vender, si Dios quiere, ó la be de cambiar por otra mejor. ¿ISÍo bas oído decir que en cada feria bay un bobo? Pues malo será que yo no dé con él y le enjergue la burra nuestra y me traiga la suya ó su dinero. — ¡Sí! por fuerza vas á ir tú á dar con el