chico fué el corrido en tercer lugar, y las faenas realizadas por los murubes fueron las siguientes: Primero, Barbero, negro, bien armado y marcado con el núm. 106; salió con muchos pies, topa con un caballo y lo hace cisco; con voluntad y poco poder toma cinco varas y mata dos arres; al segundo tercio llegó bien y lo mismo al último. Segundo, Abañillero, núm. 87, negro y de libras; en el primer tercio entró siempre con codicia, pero poca cabeza; aguantó cuatro puyazos y finiquitó un caballo. En palos llegó algo quedado y á la muerte hecho un pobre borrego. Tercero, abierto de cuerna y más joven que sus hermanos; su poca edad la suplió con su bravura y coraje; salió con muchos pies y nadie se ocupaba de parárselos; los coletudos lo recortan ignominiosamente, y como luego fué banderilleado infamemente, resulta que llegó al trance final con la cabeza descompuesta. Tomó cuatro varas, dió tres caídas y mató dos caballos. Cuarto, se llama Sufrido, negro también y bien puesto; da varias vueltas al ruedo, y cuando le parece oportuno entra por uvas y con coraje toma siete varas. El presidente se duerme, y por apurar demasiado en el primer tercio, en las últimas varas el toro se duele al castigo; al segundo y tercer tercio llegó el pobre bicho becho un infeliz. Q iluto, negro, grande y con pitones; con escaso poder toma seis varas, fallecen tres caballos y pasa al segundo tercio algo quedado; en el último se dejó torear sin dificultades. Sexto. Como sus hermanos, negro y de arrobas; sale abanto, y después de varios recortes (¿y las multas, Sr. Jiménez?;, empieza la pelea con poco poder y escasa bravura; en total admite cuatro varas á cambio de cuatro sardinas. Su poco coraje lo suplió con mala intención; se quedó en palos y alargaba la gaita de un modo asombroso. MOMTRS KN UN QJITK AL TOBO TBfiCBBO En total: Los toros buenos, bien criados y de arrobas; si se les hubiese dado mejor lidia, con seguridad que sus faenas hubiesen sido mejores; no obstante, el público salió satisfecho del ganado. Los maestros: Minuto. — Si nos ajustamos á su toreo particular, tuvo una buena tarde; hizo mil monadas; al cuarto quiso darle el quiebro en rodillas, pero le faltó corazón, y por no esperar le salió sucia la suerte; puso al cuarteo par y medio de banderillas al quinto, que ae aplaudieron por simpatías; en quites se portó bien y con el capote no hizo nada bueno. Como director de lidia, vale más correr un velo; no hizo nada, no se ocupó de nada, la plaza fué toda la tarde un herradero; los chicos recortaron á su placer, los picadores entraban cuando y como querían; en fin, el disloque. k Si soy yo el presidente, se recauda un capital en multas. S Pasemos á su trabajo como espada.