Abusó el muchacha de la tela roja y nos aburrió de lo lindo, moviéndose más de lo prudente, logrando que el torillo, que llegó á sus manos acudiendo coa nobleza, se descompusiera, tornándose receloso por efecto de la pésima lidia que le dieron. Sin meterse con verdad, estirando el brazo y haciendo cosas no muy bien vistas por los que dütinguen, señaló Guerrero un sablazo en el pescuezo, al que siguió otro malo de suyo también; más trapo, un desarme, y frente á tablas del 6, entrando desde buen terreno, con paso atrás— ¿cómo no?— entró Antonio para dejar media estocada, que fué suficiente. Al juzgar hubo de todo,. .. . Ptro confesemos que todo resultó malo de veías. wmu ■i ceiBHU&Bxn » KJS KL 8» OUNDO TOKO En ti segundo a^ro^edió bien las excelentes condiciones del colmenarefio, y abreviando con la muleta endilgó media estocada tantico tendenciosa, en todo lo alto, que bastó. Aquí las palmas fueron unánimes y merecidas, pues el chico hizo lo que pudo y supo con voluntad. No pidamos peras al olmo. El tercero llegó á jurisdicción de Antonio descompuesto por exceso de castigo, y aquello resultó imposible: carreraSj achuchones, intervención de satélites y lío general, ün mete y saca infamante, un pinchazo barrenando y saliendo de naja p i Sevilla, un aviso, un golletazo y una pita de chipén, completaron la labor de Guen erito. Tampoco tuvo el sevillano suerte con el cuarto y último de su tanda, pues además de trastearle muy medianamente — suple mal, — arreó un sablazo trapero que dejó manco al bicho, el cual dobló entregándose al puntillero por no oir la pita con que el respetable obsequió al matador. Guenerito puso banderillas al segundo sin que nadie se lo pidiera, y en verdad decimos que para lo que nos enseñó pudo ahorrarse la molestia. Dos pares y medio muy vulgares al cuarteo, después de intentar el cambio t-in pasar á mayores, no valieron la pena de tomar los palos. Picando, nadie «e distinguió; pero en general desafinaron los de la mona menos que acostumbran. Con los palos, Oitioncito v Torerito de Madrid. Bregando, los mismos y Bon'fa, que ejerció de quitapesares con mucho qulngiié. Entre los seis toros tomaron 27 varas y en la refriega meraron seis potros... ú lo que fueran. La presidencia, durmiéndose á ratos en el primer tercio; en lo demás, acertada. (iJNsr. DK CAKB1ÓN.) Y á las dos horas'y pico de aburrimiento espantoso, más helados que sorbetes abandonamos el coso. DON IIERMÓGENES.