de ser primer Eepadp, y me tocó á mí; entonces me dijo el Sr Corregidor; pues Sr. Romero, supuesto que le ha tocado á usted ser la primera Espada, ¿se obliga usted á matar los toros de Castilla? Respuesta mía; si son toros que pastan en el campo me obligo á ello, pero me ha de decir Su señoría por que me hace esta pregunta: bolbió la espalda y abrió una cómoda, y brcó un papel, y me dijo, se lo pregunto á usted por esto: era un memorial que havían dado D. Joaquín Rodríguez (Costillares) y don Josef Delgado (lllo), estando todos presentes se leyó, suplicando ee prohibieran los toros de Castilla y por eso era la pregunta que me ha vía hecho. Si á mi me hubiese pasado este lance, allí me hubiera caído muerto de repente.» Sigue luego la carta refiriendo lo que pasó en la corrida, cómo fué herido José Delgado, con otros detalles ya conocidos de los taurófilos. Y vamos al asunto. Según la carta de referencia, el Corregidor llamó á todos los espadas que habían de torear en las fiestas reales y los sorteó para ver quién debía figurar como primero. Y cualquiera, al leer documento tan irrebatible, dice: no hay duda; el sorteo no se hizo entre determinados matadores, eino con todos los llamados para aquellas solemnes corridas. Así lo consigna un testigo de mayor excepción y hay que rendirse á la evidencia. Pues no sefioi: frente á lo escrito por Romero hay otro documento importante que no admite discusiones. El Diario de Madrid anunció las corridas reales verificadas en Septiembre de 1789 con motivo déla exaltación de Carlos IV al trono y con el de la jura del Príncipe de Asturias. En el citado periódico se lee: «Lista de los caballeros Rejoneadores, Picadores de vara de detener y Toreros de á pie, destinados para las Fiestas Reales de Torop, con motivo déla exaltación al Trono de nuestro Católico Monarca D.Carlos IV (que Dios guarde), epcogidos por los señores D. Joseph Antonio de Armona, Corregidor de epta Villa de Madrid, etc., etc., y de los señores Regidores Conde de la Vega del Pozo y D. Lucas San Juan, Comisario de estos festejos.» Primeros Espadas: Pedro Romero, Joachin Rodríguez Costillares, por sorteo que se ha hecho, Joseph Delgado (alias lllo), Juan Conde. — Supernumerario de éstos, Francisco Garcés.» ■ Y sigue la enumeración de segundos espadas y banderilleros, como antes vino la de rejoneadores y gente de á caballo. Según el Diario, el sorteo ee bizo sólo entre Romero y Coitillares A tomar al pie de la letra lo escrito por el célebre matador de Ronda, entraron en suerte todos los espadas, lo cual no es verosímil, porque ni Conde ni Garcés iban á cvdtarse con los dos maestros, ni aunque lo pretendieran hubiese el corregidor pasado por ello. Es perfectamente lógico que, dada la antigüedad de C( stillares y el tronío de Romero, hubiera dudas sobre cuál de los dos debía de figurar como primer espada. Además, Costillares era el primer firmante de la instancia para que no se corrieran toros de Castilla, y entre él y el rondeño estaba la elección. Los otros matadores asistirían al sorteo por deferencia de Armona y como testigos del acto. Por pí estas razones no convencieran, hay unos versos de la época que, al hablar de aquellas reales corridas, dicen: «Pocas veces se havrá bisto Una Fiesta mas lucida. Como dispuesta por Royes Y encargada por la Villa. Nueve espadas de renombre. Se vieron con las quadiillas Y ciento treinta y dos toros Se compraron á porfía, Pedro Romero el de Konda Entró tn Suerte y en la Lidia Alcanzó el puesto primero Como bien lo merecía. Sin que Costillares diera Muestras de tener envidia.» El resto de la macarrónica composición no me incumbe; pero lo transcrito viene á corroborar las manifestaciones del Diario, puesto que al hablar del sorteo cita sólo á Romero, merecedor de ter la primera figura, v á Costillares, que no tuvo envidia de su colega. Hay también qnien supone que en tal sorteo entró también Pepe Ido, tiendo por ende tres los que ee disputaban la primacía. D José Picón en el libreto de la zarzuela Pan y lons, trata estos asuntos en aquellos versos tan conocidos: «Como ustedes tres se encuentran eu categoría igual, hablen ustedes, señores, por orden de antigüedad.» Innegablemente el sorteo se hizo entre Romero y Costillares; pero como la epístola del de Ronda, por no estar bien redactada, pudiera dar un mentís á lo que rotundamente afirmó en Los Novillos, bueno es poner los puntos fobrfl la í s y colocarpe la venda antes de recibir el golpe, pues seguramente no ha de íaltar algiin amigo caiiñuBO que lo asebie. PAfcCUAL MILLÁN.